Una información no es completa si no se dan todos los datos que rodean a lo contado. De modo alguno estamos ocultando, manipulando o como lo queramos llamar. Los medios de comunicación tienen una responsabilidad: servir a la sociedad. Esta es nuestra labor. Los contenidos deben ser transmitidos en su totalidad porque estaríamos faltando al derecho de los ciudadanos a recibir información.
Un buen ejemplo de esto último es la fotografía realizada por
Frank Fournier en la que aparece
Omayra, una joven de 13 años que terminó siendo una víctima más del
volcán Nevado del Ruiz que arrasó el pueblo del
Armero (Colombia). Si esta imagen no va acompañada de un texto no entenderíamos, al completo, qué es lo que el fotógrafo quiso representar. Entonces se cuenta la dura historia de una joven que permaneció 3 días casi cubierta por un creciente fango que acabaría sepultándola sin que nadie pudiese hacer nada por ella. La polémica estaba servida. La fotografía dio la vuelta al mundo y pusieron en tela de juicio la ineficacia del gobierno ante la terrible muerte esperada de la niña. Quizás hacen falta imágenes de estas para que nos demos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor.
¿Por qué solo atendemos a problemas cuando aparecen en los medios? ¿Por qué nos escandalizamos cuando vemos imágenes como estas? Estas son preguntas que nos deberíamos hacer a nosotros mismos. Todos estamos de acuerdo en que hay imágenes desagradables que no deberían aparecer en prensa o televisión sobre todo si con ellas se viola la intimidad de la persona pero creo que es una forma más contundente de quedar escrito con fuego en la mente y hacernos pensar en todo lo que sucede cerca o a miles de kilómetros de nosotros. Si nos describen algo desagradable en palabras no llegamos a ruborizarnos hasta que no vemos las imágenes. Pienso que es una forma de provocar alguna reacción en el receptor.
La fuerza de la imagen es evidente. Cuanto más llamativa o escandalosa sea mayor reacción estimulará en la sociedad. Un claro ejemplo es lo que ocurrió con la imagen de la niña moribunda que se rinde frente al buitre que la ronda esperando su muerte. La opinión pública se echó encima y las continuas críticas a la actitud de
Kevin Carter al no haber hecho nada por la joven estuvieron rondándole hasta que la presión pudo con él y se suicidó. Parece ser que la sociedad no estaba bien informada en ese momento porque el hambre en el mundo no sucede cuando lo recogen los medios, está ahí y es una realidad. La imagen que vemos también pertenece a Carter, no sería más lógico pensar que lo que buscaba era llegar a los sentimientos de la gente a través de las imágenes en un tema tan delicado como es el hambre, una de las principales causas de muerte en el mundo.
¿Será esta la mejor forma para que nos demos cuenta de las masacres que se producen todos los días y por las que no hacemos nada? Si no conocemos no denunciamos. Si no mostramos estas imágenes quizás será cuando manipulamos porque no presentamos toda la información que tenemos.